Realmente es un gran reto estudiar a distancia, en especial on line, al menos cuando uno piensa al principio (antes de optar por cualquier programa) que podrá dar tiempo para estudiar en horas de la noche o fines de semana para cumplir con el cronograma de la semana. Sin embargo, cuando uno lo inicia y lo cursa, se da cuenta que es mucho más fuerte que hacerlo de manera presencial, más que nada porque la fuerza de voluntad y la dedicación personal es lo que debe primar.
Personalmente mi trabajo es 100% en campo (mi centro de trabajo se encuentra a dos horas de casa en el relleno sanitario de la ciudad de Quito), por lo que sumado a la jornada diaria de trabajo (lunes a sábado - 10 horas), y el afán de dedicar al menos un par de horas a la familia, resulta que al final del día aparte del cansancio físico y mental me quedan las ganas como para estudiar 30 minutos a una hora (si es que el sueño no me vence). Como alguien me dijo una vez "son gajes del oficio y todo sacrificio al final vale la pena", mi sueño de cumplir el programa de estudios aún no se desvanece, y hago lo imposible para igualarme el día domingo haciendo una jornada única de estudio (al menos 12 horas). A la fecha me ha costado tantas malas noches mantener el ritmo del programa tal como está planeado en el cronograma, pero pese al cansancio la satisfacción del deber cumplido es más grande, y el orgullo uno a vez que obtenga mi título.
Independientemente del programa de estudios o del instituto, centro de estudios o Universidad, como estudiante estoy agradecido por el dinamismo y compromiso de todos quienes están detrás de nuestra formación, así como por quienes perfilan el material para que además de ser acorde a nuestras exigencias, sea asimilable de fácil manejo. Lo que más me llama la atención es la buena disposición por mejorar las plataformas virtuales y el acceso al material de estudio, a más del tiempo que todo tutor brinda.
Sería interesante de igual manera, recibir como estudiantes una evaluación en cuanto a nuestro rendimiento en el uso de las plataformas, a fin de corregir nuestros malos hábitos de estudio y potenciar aquello que de la mano podemos aprovechar como estudiantes y tutores.
No me queda más que agradecer a quienes hacen posible que todos quienes no podemos acudir a clases presenciales (por motivos económicos, de horarios, o en mi caso de residencia en otro país donde no hay dichos programas) tengamos la oportunidad de continuar nuestra formación de manera virtual, aunque de mucha más exigencia (personal) pero con la seguridad de que su nivel es igual o mejor incluso mayor a las presenciales.
Gracias a todos quienes están atrás de la formación virtual.
Saludos desde Ecuador.
Carlos Andrés Reinoso
Máster en Comunicación Institucional Teoría y práctica de la comunicación en la sociedad de la información